Primera ascensión nacional a la Cumbre del Obispo en el Altar, 1963

Participantes

Rómulo Pazmiño, Luis Salazar y Marco Cruz

  • Fecha: 27 de diciembre de 1963
  • Montaña: Altar, Cumbre del Obispo
  • Elevación: 5,315 m
  • Ruta Normal por el Campo Italiano

Notas de Rómulo Pazmiño

El epílogo de nuestra historia del Altar fue con una ofrenda de sangre, tanto de Luis como de Marco, durísima prueba; pero con una gran valentía supieron encontrar dentro de sí un poder que no lo conocían antes, y que fue necesario para que el atrevimiento de querer llegar a la cumbre del Obispo, se convierta en una maravillosa realidad: «SER LOS PRIMEROS ECUATORIANOS EN DAR UN LAURO AL ANDINISMO ECUATORIANO CON LA CONQUISTA DE LA CUMBRE DEL OBISPO». Lo cual constituye también: «Un antes y un después, de hacer andinismo en el Ecuador»

Luego de cruzar varias grietas nos enfrentamos a una gran rimaya. La pendiente es muy fuerte, tuvimos que tallar escalones con los piolets, una tarea muy esforzada.

Impresionante la belleza de la caldera del Altar. Instantes más tarde la nube nos atrapó y comenzó a nevar. Nos refugiamos en la entrada de la chimenea de roca, no podíamos divisar nada, por lo tanto, la única alternativa era explorar la chimenea para tratar de encontrar una salida hacia la parte superior. Dentro de la chimenea tuvimos que quitarnos los crampones (de 10 puntas). Hasta llegar al paso más complicado que le llamamos la «Bola». En ese lugar me encontraba golpeando una clavija para colocar un estribo, pero se desprendió una pequeña roca que fue a impactar en la ceja de Luis que produjo una corta hemorragia y pudimos continuar, gracias a un apósito colocado por Marco. Luego de superar la estresante chimenea nos encontramos con una cornisa a la cual tuvimos que romperla para hacer un orificio y lograr salir a la línea de cumbre. Teniendo a nuestros pies un inmenso vacío que termina en la Laguna Amarilla, 1000 metros abajo. Temor y deleite mezclados en un mismo escalar.

De pronto… Incrédulos!!!… Encontramos clavado en la nieve, un bastón de sky!. No podía ser otro que el dejado por el grupo italiano.. Pero sobretodo quería decir que el Obispo nos había permitido hollar su cumbre!!!… Espontáneamente brillaron, como diamantes, unas lágrimas y de rodillas agradecimos a Dios, el que nos haya amparado desde el fondo de nuestras almas. Y para completar la ceremonia, qué mejor que cantarle orgullosos, a nuestra Patria… el Himno Nacional, para que responda el eco desde todas las cañadas de nuestra cordillera andina. Los mayores trofeos, que alguien podía tener: El bastón de sky y la tarjeta personal del Dr. Tremonti, en el dorso, y en el anverso, de los dos guías italianos. La tarjeta fue encontrada en un tarro, la misma que fue utilizada para depositar en su interior: un parche triangular de «Nuevos Horizontes» y un banderín del Ascensionismo del San Gabriel. La tarjeta del Dr. Tremonti, donde se puede leer los nombres de los integrantes, todos italianos. Marino Tremonti. y de los guías: Ferdinan Gaspar y Claudio Zardini. 7 – 7 – 1963. 15 años después un grupo, que debe ser del Ascensionismo del San Gabriel, recuperó del tarro que dejamos en la cumbre: el triangulo de «Nuevos Horizontes», dejados por mí. y el banderín del Ascencionismo del San Gabriel, dejado por Marco Cruz. Gracias y felicitaciones querido Marcos Serrano, por ser el poseedor de un recuerdo inolvidable. La verdad es, que nunca me imaginé que lo volvería a ver. Eso me causa mucha alegría.

Pasada la emoción inicial. Nos acordamos que teníamos frío, pues, nos encontrábamos mojados. La consecuente e inquietante pregunta era: ¿Y, ahora, cómo bajamos?… Si nos encontrábamos bastante tarde y la noche nos encontraría en medio de la chimenea.

Para ganar un poco de tiempo, después del ultimo corredor, amarramos las tres cuerdas, eran 120 metros. Marco bajaba primero, nosotros lo asegurábamos, casi al llegar el movimiento de la cuerda desprendió una piedra que golpeó la cabeza de Marco, lo vimos doblarse. Luis bajo lo más rápido posible, yo le aseguraba, al llegar lo vi improvisando un vendaje, yo no tenía idea de la gravedad de la herida. Yo solté la cuerda y llegué rápidamente donde Marco y pude comprobar que tenía un corte de unos cuatro centímetros y la hemorragia correspondiente, se encontraba un poco mareado pero podía caminar. Llegamos al campamento del Carmelo, todo se encontraba mojado. En la fotografía se me ve sólo bajando a encuentro de Marco y Luis.

Después de siete días en la montaña, finalmente llegamos a Puelazo. Los familiares de los tres muchachos que nos acompañaron porteando, nos recibieron preocupados pero felices de vernos vivos, para agasajarnos prepararon un caldo de gallina que estuvo tan dura que parecía que todavía quería salirse del plato. de todos modos, con la gran hambre que traíamos, sólo quedaron los huesos. Nos sorprendió que la familia Erazo que siendo campesinos, eran rubios y de ojos verdes, y con unos hermosos pies que seguro, no necesitan crampones.

Bajamos extremadamente flacos…

Mi querido Marco, el más joven del grupo, con muestras de deshidratación. Para los tres, el desgaste físico y emocional había sido sometido a una muy dura prueba. Felicitaciones a mis compañeros que siempre demostraron un total sentido de cuerpo y compañerismo, nadie perdió el control, aún en los momentos más críticos.

 Fotos:

* Fotos cortesía de Rómulo Pazmiño

1963 Route to the Obispo, Nevado Altar

Primera conquista del Obispo, Nevado Altar, 1963

Parque Nacional SangayRiobamba