Relatos de escalada

Augusto Nicolás Martínez, Ambato 1860 - 1946.

Augusto <em>Nicolás Martínez</em>: Científico Ecuatoriano, Montañista, Granjero, Investigador y Educador, Ambato 1860 - 1946.

Augusto Nicolás Martínez: Científico Ecuatoriano, Montañista, Granjero, Investigador y Educador, Ambato 1860 - 1946.

El Tungurahua fue la cumbre más escalada por el ambateño Nicolás Martínez, científico y padre del andinismo ecuatoriano. De sus memorias se sabe que subió por cuatro ocasiones antes de 1900, se sabe que en algunas de ellas consiguió llegar a la cumbre. Vuelve a intentarlo en 1910 junto con R. Reimburg y P. Suzor, llegando hasta el sector conocido como "los altares"; una vez más en 1911 con M. Palmers sin éxito. Su ascención más conocida se dio el 27 de abril de 1911, a continuación el testimonio de Nicolás Martínez:

Esta ascensión fue notable, porque en ella subió a la cumbre del Tungurahua la primera mujer, y hasta ahora la única que ha llegado a esas alturas: la Sra. Elisabet B. de Robalino acompañada de su esposo, señor Luis Robalino Dávila, y por los señores Víctor Elías Terán, Antonio José Holguín, Alfredo Coloma y yo. De igual manera que cuando la ascensión con los señores Suzor y Reimburg, cerca de los altares nos cayó una fuerte nevada, la cual, como duró poco tiempo, no impidió que sigamos subiendo hasta coronar el pico “Luis A. Martínez” a las dos de la tarde, después de haber trepado desde los Altares, abriendo escalones en la nieve endurecida. Al cráter le encontré algo cambiado; pues, a más de un aumento notable en la actividad volcánica, grandes derrumbamientos acaecidos en los 5 años que no le había visto, habían hecho que su aspecto interior sea distinto a lo que fue antes.

En esta vez, el viaje casi termina con una catástrofe; pues, al descender por la gigantesca escala de nieve, de peldaños escurridizos, el guía Amador Barros que iba adelante, se resbaló deslizándose hacia el abismo, con vertiginosa rapidez; felizmente, tuvo la sangre fría necesaria para clavar el pico a cosa de 50 metros abajo, y se pudo detener cuando ya lo creíamos perdido. Mientras tanto, los que descendíamos atrás, quedamos como suspendidos en la pendiente helada, ya que Barros al deslizarse, bajó destruyendo los escalones, de manera que él mismo tuvo que trepar nuevamente, abriendo otros para que podamos seguir descendiendo.

A la puesta del sol, ya en el campamento, admiramos, y yo por primera vez, el “Espectro de Broockes”, y otro de espejismo muy particular y curioso: mientras el sol se ocultaba en las lejanas cumbres de cordillera Occidental, parecía salir por el Oriente otro sol enorme, pero opaco, de color azul muy oscuro, y el cual lanzaba rayos también azules, que se unían en el cenit con los del sol verdadero, formando una serie de arcos de aspecto sorprendente y muy hermoso. Nicolás G. Martínez, abril 1911.

Otras rutas abiertas
Wilhelm Reiss y Stübel1873

* Pintura de portada: Frederic Edwin Church (1826-1900) - TUNGURAHUA & COTOPAXI, Reynolda House Museum of American Art.

Parque Nacional Sangay